Desde la alerta amarilla hasta las medidas urgentes: la difícil coyuntura hídrica de San Luis

San Luis ingresó en una compleja y clave etapa respecto a la crisis hídrica. El verano, las altas temperaturas y el sobreconsumo de la población hacen de un combo explosivo que es seguido de cerca.

El presidente de San Luis Agua, Hugo Guzmán Durán en declaraciones a El Chorrillero abordó la coyuntura. Repasó las condiciones de los espejos de agua, la nula administración del recurso en los últimos años y cuáles son las medidas urgentes a tomar.

“Si quisiéramos poner un semáforo sobre las condiciones, estaríamos dentro del color amarillo”. Esa fue la definición que encontró Guzmán Durán acerca del escenario que presentan los espejos de agua.

Es que la cota de los reservorios, durante el último tiempo, cayó drásticamente ante la sequía y el fenómeno de “La Niña”. Los datos oficiales muestran que la mayoría llega a niveles preocupantes tal como Saladillo (-17 metros).

Hay aquellos en donde se pone un especial acento y son los que abastecen los principales centros urbanos tal como La Florida (-4,76 m), Nogolí (-14,9 m) y el Antonio Esteban Agüero (-9,85).

“Más allá de las lluvias recientes, tenemos cotas bajas. Principalmente nos fijamos en aquellos destinados para el uso humano. Otros también tienen los niveles muy bajos, pero son para el uso productivo como el San Felipe, el Paso de las Carretas o La Huertita”, puntualizó.

Según los datos de la sociedad del Estado, 16 de los 20 diques se encuentran con números negativos.

Lo cierto es que para el funcionario por estos días los niveles están “muy por debajo y es el panorama es difícil de revertir. “Para la recuperación a niveles casi de cota o de vertedero, salvo que haya lluvias excepcionales, podemos esperar uno o dos años para volver a la normalidad, no se hace de un día para el otro”, consignó.

Si bien diciembre trajo consigo buenos registros de precipitaciones ante el fin de “La Niña” y la llegada de “El Niño”, desde el organismo observan que “no es suficiente”.

Ante la consulta de cuáles fueron las primeras medidas y de aquellas que requieran trabajar de forma urgente, Guzmán Durán apuntó con la necesidad de trazar un plan y considerar diferentes alcances.

“A corto plazo, debemos generar la producción de materiales, caños, elementos complementarios, poner condiciones los medios de movilidad, tener el personal preparado para poder afrontar cualquier rotura, eso es lo inmediato. El agua que distribuimos está, no nos va a faltar ¿dónde falta?, en los lugares más chicos, que es donde nosotros tenemos que ir a reparar y llevarles camiones con agua”, indicó.

En el mediano término, manifestó que buscan “alternativas para llevarle agua a la gente, hacer conexiones de acueductos y de diques”. Mientras que en el largo plazo pretenden poner en marcha un plan maestro.

“El objetivo es que sigamos las pautas que planteamos desde la política, desde la parte técnica y de lo que deberíamos necesitar para entender cuál es el destino y cuál es el futuro que nos depara en cuanto al uso del agua”, explicó y agregó que el gobernador, Claudio Poggi “lo tiene en claro”.

“Las obras grandes ya están en la mente nuestra, se las hemos transmitido (a Poggi) y hablaremos de un plan para que la gente entienda a dónde vamos. A la gente le enseñas cuál es el futuro y ellos van a saber comprender las etapas de construcción para después disfrutar”, completó.

El cambio de Gobierno también fue importante para detectar la herencia que dejó la administración de Nazareno Perroni. La falta de obras, el desconocimiento en la materia, la nula existencia de insumos y la escasa información oficial, es un resumen de lo que recibieron.

“Lo que vimos no fue distinto de lo que se encontró en el resto de la Provincia, en el resto de los ministerios. Si hubiera habido algún funcionario que entendiera el problema, es muy probable que tuviéramos otro escenario. Se hubiera avanzado con poner en marcha algunos proyectos. Ya se sabía que venían estos cambios climáticos y se podía haber trabajado en la sectorización de los problemas y analizando medidas urgentes a tomar”, aseveró.

Uno de los ejemplos de obras que se pudieron encarar para Guzmán Durán y no se hicieron es el acueducto en los diques San Francisco, La Estrechura o en el Berta Vidal de Battini, o solucionar los grandes problemas en el de Luján.

Otras irregularidades que encontraron fueron en los presupuestos: “Cuando uno ve las planillas mes a mes de los aportes del Estado, lo hizo en épocas eleccionarias. Se facturaba en horas máquinas, es decir, en el uso de camiones de agua, entre otros. Normalmente no trabajan más de 8 o 10 horas y nos figuran trabajos por 15 o 20. Eso no existe en ningún lado”.

“Como sanluiseño me da mucha rabia y me da impotencia como profesional”, añadió.

Por último, comentó que de forma permanente se reúnen con intendentes de diferentes ciudades y localidades para afrontar la crisis. Por ejemplo, estuvo con Luciano Ayala de La Punta y hasta con Gastón Hissa de la capital.